
¿Sabías esto?
La guindilla seca es más picante que la fresca. Un dato importante cuando vas a cocinar y quieres ser tú quien controla el picante, y no al revés.
Lo ideal es no subestimar el picante de una guindilla seca, pero tampoco tenerle miedo a la hora de incorporarla en tus platos.
Por eso, necesitas saber que puedes disminuir la fuerza de la capsaicina, el compuesto responsable del picante de las guindillas, de estas maneras:
1. Pon a remojo las guindillas en agua durante media hora.
2. Retira siempre las semillas que tiene en su interior.
3. Tuesta las guindillas en una sartén que esté completamente limpia y seca.
4. Utiliza leche, yogur, limón o vinagre para poner las guindillas a remojo y neutralizar más aún la capsaicina.
5. Añade las guindillas en los guisos de cocción prolongada porque así el calor disminuirá su intensidad.
6. Saltea las guindillas en aceite o mantequilla.
¡Acuérdate de estos trucos la próxima vez que cocines con guindillas!
El ingrediente perfecto para…
1. Carnes y guisos. Añade una o varias guindillas para potenciar el sabor de un pollo al ajillo, unas albóndigas en salsa, la carne de unas fajitas mejicanas…
2. Pescados y mariscos. Nunca puede faltar la guindilla en unas gambas al ajillo, también nos encanta el sabor que aporta un extra de cayena a un bacalao a la vizcaína porque realza mucho su sabor. ¡Y en un calamar o una sepia a la plancha también te encantará!
3. Aperitivos. Úsala en unas patatas bravas caseras para añadirles más autenticidad o mezcla unas guindillas con mantequilla y sal, y añádeselo a unas palomitas para que tengan un riquísimo punto picante.
4. Salsas, sopas, marinados, salteados, aliños… En estas elaboraciones, una guindilla siempre aporta mucho más intensidad de sabor.
La única precaución es utilizar las guindillas con moderación. ¡Ve probando con poca cantidad hasta encontrar el nivel de picante perfecto para ti!
