La magia huele a canela y anís

¿Acaso no es magia que los Reyes Magos acudan cada 5 de enero a Carmencita? Lo llevan haciendo 19 años. Sin fallar ni uno solo.

A la hora de merendar, Melchor, Gaspar y Baltasar llegan a la fábrica y saludan a los hijos e hijas del personal de la empresa. Qué bien les sabe a los más pequeños el bizcocho y el chocolate recién hecho mientras, de reojo, observan cada movimiento de sus majestades. Aunque lo intenten, no pueden disimular su nerviosismo.

Este año ha sido distinto porque el virus no descansa en fechas tan señaladas como estas. Aun así, no podían quedarse sin sus regalos. Y los reyes, ayudados por sus pajes, han acudido fieles a su cita.

En vez de entregarles los regalos directamente a los más pequeños, han preferido dárselos a sus papás y mamás que actuarán como intermediarios para que dichos regalos lleguen a sus verdaderos destinatarios.

Además del regalo, sus majestades han enviado un vídeo a cada familia en el que mandan abrazos llenos de magia y cariño a todos los niños y niñas.

Durante ese rato que los Reyes Magos pasan en la fábrica, el aroma a canela y anís impregna sus túnicas, turbantes y capas. Por eso, no es de extrañar que los regalos que amanecen bajo el árbol de Navidad o sobre la alfombra la mañana del 6 de enero huelan a especias y hierbas aromáticas.