La canela es la frágil corteza interna de un árbol oriental que se usa en la cocina -en rama o molida en polvo- por su reconocible sabor dulce y amaderado, y por su fragancia persistente y cálida.
La usamos para infusionar en bebidas calientes como la leche, el chocolate y para aromatizar nuestro café. También en recetas de carne como las albóndigas y especialmente en multitud de postres tan sabrosos como nuestras tradicionales torrijas caseras de Semana Santa o el arroz con leche.
Consejo para sacarle el máximo provecho a la canela:
Para sacar todo el sabor de la canela en rama herviremos el líquido deseado y dejaremos reposar la rama en él al menos diez minutos para que libere todo su sabor. La emplearemos en polvo para mezclarla con carnes, harinas o arroz, pero sobre todo en repostería y panadería, o con fruta fresca o cocida, como la manzana, la naranja o el plátano.
La canela se complementa a la perfección con el sabor de otros alimentos como la corteza de limón, el azúcar, la mantequilla o el aceite, y con especias como la vainilla, el jengibre, el anís, etc.