Indescriptible.

¿O acaso es fácil explicar ese instante en el que al romper la jugosa yema se desliza entre las patatas a la vez que envuelve los trocitos de jamón?

Sin ninguna duda, este es uno de esos platos clásicos que siempre apetecen. Y con unas rebanadas de pan casero y un vino especial como acompañamiento se vuelve insuperable.

En Carmencita, hemos querido ir más allá para darle una pincelada de sofisticación a estos huevos rotos.

¿Quieres saber cómo? Con nuestro Molinillo de sal con trufa. Un producto premium con el que podrás disfrutar en casa del intenso e inconfundible sabor de la trufa.