¿Aún no te has decidido a preparar una focaccia?

Pues deberías, porque es una receta muy fácil. Solo con harina, aceite de oliva, levadura, agua y sal obtienes una masa crujiente por fuera y tierna por dentro. Una masa que combina a la perfección con unas aceitunas negras o unos tomatitos cherry. ¡Puedes añadir lo que te apetezca antes de hornearla!

Eso sí, lo que nunca falta sobre una focaccia son las hierbas aromáticas.

Nosotros hemos utilizado albahaca, tomillo y un poco de sal. ¡Sabe tan bien!

Corta un poco de queso o de jamón. Abre una botella de vino. Y saca del horno tu focaccia recién hecha para disfrutar de un riquísimo picoteo al más puro estilo italiano.

¿Guardas nuestra receta? A los tuyos les encantará disfrutar contigo de un planazo como este.