Exquisita. Y aún nos quedamos cortos.

Servida muy muy fría, esta receta de vichyssoise no defrauda a quien la prueba. Porque su textura es tan cremosa y su sabor tan suave que es irremediable disfrutar de cada cucharada.

Imagínate encontrarte en la mesa esta vichyssoise servida en un bonito cuenco, con un brillante chorrito de aceite de oliva sobre su crema y un crujiente jamón ibérico que está esperando a que lo muerdas.

¡Tus días de verano necesitan una crema fría como esta!